En
México las luchas de los obreros textiles y de los mineros representaron una
manifestación de esa realidad, y a principios de siglo pasado aparecieron las
primeras organizaciones obreras como instrumentos de combate. La génesis del
nuevo Derecho del Trabajo late en los problemas y en los manifiestos de las
inconformidades de los que con heroísmo se enfrentaron al régimen dictatorial
del General Porfirio Díaz. Al declinar la plenitud de la dictadura, los
movimientos huelguísticos de trascendencia como los de Cananea y Río Blanco, se
reprimieron con crueldad, porque la organización sindical obrera minaba la
solidez del régimen porfirista. Fue siempre la lucha de clases por una parte
del patrón que trata de “explotar” o sacar más provecho económico del trabajador,
y por la otra el trabajador de proteger sus derechos como ser humano. El
movimiento obrero, desde que nace trata de poner en práctica, es decir, llevar
a la realidad un trato y trabajo dignos, salario remunerador, etc., los cuales
se ven sofocados constantemente por la clase patronal. En México en el año de
1872 se creo la primera asociación de trabajadores asalariados denominada
“Circulo de Obreros”.
El
desarrollo de la clase obrera en el México Pre-revolucionario.
En
el transcurso de la primera mitad del siglo XIX, México había enfrentado una
política inestable además de fuertes conflictos internacionales. Para 1853 el
Poder Ejecutivo caía nuevamente en manos de Santa Ana, respaldado por las
“bases de la administración de la república” leyes de carácter centralista. Sin
embargo muy pronto el gobierno de Santa Ana se convirtió en dictadura,
situación que provocó otra revuelta interna. No fue hasta el 8 de diciembre de
1855 cuando Ignacio Comonfort llega a la presidencia de la Nación, y decreto el
5 de mayo de 1856, el estatuto orgánico provisional que debía regir la nación
mientras que una asamblea legislativa elaboraba una constitución. En el
artículo 32 de estatuto se estableció que “nadie podía obligar a sus servicios personales
sino temporalmente y para una empresa determinada”, además fijaría las
modalidades de los contratos de trabajo, y el precepto 33 determinó que los
menores de 14 años no podían trabajar sin intervención de sus padres, tutores y
a falta de estos la autoridad política. Posteriormente se inician los trabajos
del congreso constituyente en 1856. Cabe destacar la intervención del Diputado
Ignacio Ramírez “El Nigromante” ya que por primera vez expresó los términos
“problema social y derecho social”, además sostuvo nuevas teorías encaminadas a
la protección de niños, hijos abandonados y huérfanos, de las mujeres, de los
trabajadores y obreros en general, a fin de incluir la reglamentación de sus
condiciones laborales dentro de la constitución. La promulgación de la
Constitución de 1857 produjo serios conflictos políticos entre liberales y
conservadores debido al gran contenido de ideas liberales progresistas: los
conservadores no la reconocieron y en 1857 se inició la guerra civil llamada
“Guerra de Reforma” o “Guerra de Tres años”. La fracción liberal, encabezada
por Benito Juárez, logró el triunfo en 1861 e impuso el orden restableciendo la
Carta Magna de 1857. Dadas las difíciles condiciones nacionales el 25 de enero
de 1862 Juárez emitió una ley que castigaba con la muerte a los infractores del
orden público o a quienes incitaran a la supresión del trabajo en fábricas o
empresas. Hacía 1864 los intentos conservadores de implantar una monarquía en México
dieron frutos. Napoleón III Rey de Francia auspició la empresa de establecer en
México el régimen monárquico e hizo recaer la corona en Maximiliano de
Habsburgo. En contradicción con los conservadores mexicanos que habían
patrocinado su acceso al trono, Maximiliano elaboró una legislación social
tendiente al desarrollo de la nación y a la protección de los campesinos y de
los trabajadores. En el efímero imperio de Maximiliano, fueron escritas
disposiciones que como la “Ley del Trabajo del Imperio” que consignó la
libertad de los campesinos para separarse en cualquier tiempo de la finca en
que prestaran sus servicios, y demás disposiciones que protegían tanto al campesino
como al trabajador. Pero dichas disposiciones no tuvieron consecuencias, ya que
las fuerzas liberales juaristas repelieron en 1867 la invasión y lograron
restituir como Código único la Constitución de 1857. Juárez volvió a ocupar la
presidencia y en 1870 expidió el Código Civil, en el que trató de dignificar el
trabajo y para ello dedico un titulo aplicable a todas las actividades del
hombre. En el se agruparon los patrones, lo concerniente al ejercicio de las
profesiones y el Contrato Colectivo. A la muerte inesperada de Juárez, fue
Presidente Sebastián Lerdo de Tejada 1872-1876. En el mismo año de 1872 se creó
la primera Asociación de Trabajadores Asalariados denominada “Circulo Obrero” que
agrupaba a más de 8000 socios y representaba a cientos de sociedades
mutualistas y cooperativistas, como la Sociedad Fraternal de sombrereros, de
meseros, la Sociedad Esperanza de zapateros, entre otras. Al término del
periodo presidencial de Lerdo de Tejada, vinieron conflictos y levantamientos
como el Plan de Tuxtepec, triunfando Díaz en 1876 a la Presidencia de la
Nación, quien después de ser sustituido en 1880 por Manuel Gómez se reeligió en
1884 y quedó Díaz en el poder hasta 1911. Bajo el largo periodo presidencial de
Díaz, las clases dominantes se unieron a los miembros de la dictadura y un
grupo homogéneo dispuso la riqueza agrícola, industrial y comercial de país.
Las condiciones de los trabajadores, especialmente del peón, empeoraron progresivamente.
Existía un control debido a su endeudamiento y se consignaban a los peones que
trataban de escapar, se ejercía un sistema de vigilancia y represión tan
intenso, que difícilmente podían organizarse protestas y levantamiento de
dichos grupos. La incipiente industria comenzaba extenderse; la rama textil
estaba en su mayor parte en manos españolas; la minería estaba controlada por ingleses
y norteamericanos; los artesanos eran industriales pequeños, generalmente familiares
y sin peso económico, y la empresa de construcción de ferrocarriles estaban en
manos de ingleses y norteamericanos. Al iniciarse el siglo XX, las malas
condiciones de trabajo y las nulas prerrogativas de la clase obrera
contribuyeron a la idea de crear organizaciones que enfrentaran los intereses
patronales. Pero como las condiciones legales no permitían la formación de
sindicatos ni el estallido de huelgas, los trabajadores pensaron en formar
sociedad con el aspecto de mutualidades, pero en realidad se orientaban a una organización
sindical. Las sociedades mutualistas también denominadas Círculo de Obreros
Libres, tuvieron como principales promotores a los hermanos Ricardo y Enrique
Flores Magón, autores del “Programa y Manifiesto a la Nación de la Nueva Junta
Organizadora del Partido Liberal Mexicano” suscrito en 1906. La importancia de
dicho manifiesto para el derecho laboral fue de suma trascendencia ya que plateaba
un trato digno y humano para con los trabajadores como: la jornada de 8 horas,
salario mínimo, la reglamentación del trabajo domestico, la prohibición del
trabajo a menores de 15 años, mejoras en las condiciones de higiene y seguridad
en el trabajo, habitación para los trabajadores, indemnización por accidentes
de trabajo, descanso semanal, pago de salarios en efectivo, supresión de las
tiendas de raya, y limitación al empleo de extranjeros en empresas. Cuando el
programa salió al público, en julio de 1906, las ideas de Flores Magón eran ya
conocidas por los obreros libres, gracias a las publicaciones del periódico
“Regeneración” y “El Hijo de Ahuizote” de franco contenido revolucionario. De
esta manera los trabajadores de la empresa Cananea Corsolidated Coper, S.A.,
que funcionaba en la mina Oversight, en Cananea, Sonora, comenzaron organizarse
formando la Unión Liberal Humanista, y poco después el Club Liberal de Cananea,
cuyas funciones se realizaban de manera clandestina para evitar la persecución.
El
movimiento obrero mexicano.
La
génesis del nuevo Derecho del Trabajo late en los problemas y en los
manifiestos de las inconformidades de los que con heroísmo se enfrentaron al
régimen dictatorial del General Porfirio Díaz, gobierno de latifundistas y
propietarios. Ricardo Flores Magón a la cabeza y otros adalides del movimiento
libertario, organizaron grupos contra el dictador. Independientemente de la
acción política, en la propaganda se revela un claro ideal social para el
mejoramiento de los campesinos y obreros. Al declinar la plenitud de la
dictadura, los movimientos huelguísticos de trascendencia como los de Cananea y
Río Blanco, se reprimieron con crueldad, porque la organización sindical obrera
minaba la solidez del régimen porfirista y el predominio de sus paniaguados. Los
síntomas de la dictadura desde 1906 manifiestan su estado patológico; viene el
caos y la destrucción. La unión sindical de los trabajadores los colocaba en
vías de alcanzar sus primeras conquistas en la lucha social; y para contener
las ansias de liberación de las masas, el porfiriato recurrió a la violencia, asesinatos,
derramamiento de sangre proletaria y “Regeneración” se convierte en el
periódico revolucionario por antonomasia.
Teoría y
práctica del movimiento.
La
teoría ha sido siempre el trato humano, trabajo digno, decoroso y salario
remunerador. Ha sido siempre la lucha de clases por una parte del patrón que
trata de “explotar” o sacar más provecho económico del trabajador, y por la
otra el trabajador de proteger sus derechos como ser humano y exigir que se les
respete con un trato de calidad, condiciones de trabajo y vida digna y que se
le pague su trabajo en forma remuneradora. El movimiento obrero, desde que nace
trata de poner en práctica, es decir llevar a la realidad dichos ideales, los
cuales se ven sofocados constantemente por la clase patronal, empezando abierta
y públicamente la lucha social entre ambas clases, que ha existido desde todos
los tiempos, en que empezó una persona a tomar los servicios subordinados de
otra, al primero con el tiempo y el perfeccionamiento, se le llamó patrón, al segundo
quien prestaba sus servicios subordinados al patrón se le llamó trabajador.
Las grandes
centrales obreras.
En
el ámbito internacional podríamos citar por ejemplo en Inglaterra “Gran Alianza
Nacional de Sindicatos Obreros” fundada por el inglés Roberto Owen llamado el
fundador del socialismo inglés. En Francia la “Federación de Trabajadores
Socialistas” de inspiración Marxista nace en el Congreso Obrero de Marsella en
1879, los obreros no socialistas constituyen “La Unión de Cámaras Sindicales
Obreras”. En México en el año de 1872 se creó la primera asociación de trabajadores
asalariados denominada “Circulo de Obreros” que agrupaba a más de 8000 socios y
representaba a cientos de sociedades mutualistas y cooperativista, como la
Sociedad Fraternal de sombrereros de meseros, la Sociedad Esperanza de
Zapateros, entre otras.
Perspectivas
del movimiento obrero.
Son
cada vez más alentadoras, ya que en la época actual, casi todas las
legislaciones de los países del mundo, protegen y guardan a las clases desvalidas
y mayoritarias como el trabajador, poniéndolo no sólo en igualdad con el
patrón, sino en un proteccionismo paternalista por parte de los estados
dirigidos a la clase trabajadora. Cada vez más se va la justicia y la equidad
en favor del trabajador como clase desvalida y necesitada, por lo que las
perspectivas del movimiento obrero es la de triunfo.
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